La reforma integral de la zona de día de esta vivienda se basa en una fórmula concreta: unir estancias para lograr ambientes amplios que inviten a compartir momentos especiales.

Nada más cruzar la puerta de entrada accedemos al recibidor, donde amplios armarios ocultos y paredes revestidas en madera nos dan una cálida bienvenida. Esta acogedora sensación quedará patente a lo largo de todo el espacio, convirtiendo la belleza natural de la madera en la gran protagonista del hogar.

Avanzamos para encontrar, en una misma estancia, varias zonas visualmente diferenciadas. La primera de ellas es la cocina, donde combinamos el acabado Gris Arena y Olmo Claro, ambos de Santos, con un detalle muy especial: la cerámica del suelo de Mutina.

Otorgándole también una importante presencia, diseñamos a medida una amplia isla de cocina con la que satisfacer todas las necesidades de la familia. Sirve como superficie de trabajo, para poder cocinar cómodamente sin obstáculos; incluye la inducción invisible de Cooking Surface, innovadora y visualmente imperceptible; y además, funciona como elemento divisor de espacios.

Mediante un elegante juego de listones de madera, la parte trasera de la isla de cocina enmarca la televisión para dar servicio a la zona de descanso del salón.

Respetar la línea estética que envuelve el hogar es vital, por lo que nos decantamos por un cómodo y agradable sofá de Joquer, mesitas auxiliares de Lema Mobili e iluminación de Santa & Cole para amueblar un área donde el relax queda garantizado.

Frente a este último espacio, ubicamos el comedor del hogar. Seleccionamos un original de pared de Glamora con el que vestir la pared principal y servir de fondo para las icónicas lámparas Skan de Vibia.

Cada decisión tomada en la realización de este proyecto, junto a cada pieza, material y acabado presente, nos ha permitido dar vida a un hogar donde la familia puede compartir momentos especiales, donde los amigos son siempre bienvenidos y donde los invitados se sienten como en casa.

¡Hogar, dulce hogar!