Porque el espacio en el que
vive una persona dice
mucho de ella
y este es nuestro hogar

Creemos que compartir con los demás nos hace crecer a todos: nos hace conocer cosas nuevas, nos aporta madurez y crea una sinergia de ideas que culminan en trabajos interdisciplinares con el arte y la funcionalidad por bandera. Así, somos una gran casa con las puertas abiertas para que entres y podamos compartir contigo la historia de este espacio tan singular y querido. Porque el espacio en el que vive una persona dice mucho de esa persona y este es nuestro hogar.
Nos hemos mudado a este lugar para poder trabajar de una forma más eficiente los valores que nos identifican. Trabajamos desde los sentimientos y queremos crear un hogar en el que las personas que viven creen recuerdos a través de las emociones. Así, da igual que compres una única pieza en nuestro showroom o amueblemos toda la casa, queremos que toques, pruebes y experimentes aquello que va a ocupar espacio en tu casa.
Igual que las personas cambian con el tiempo, su decoración cambia con las estaciones del año, con su estado de ánimo o con el simple paso del tiempo. Por ello, creemos en lo positivo del cambio y la evolución y nuestra casa lo demuestra. Queremos una casa con vida propia y en constante cambio.
Así, nuestro showroom es un lugar que representa nuestra forma de trabajar. Las marcas que se muestran son funcionales y de calidad y, además, el espacio está creado para compartir una experiencia de calidez e inspiración con las personas que entren a este hogar.
Nuestro trabajo en equipo se desarrolla también fuera de las paredes de esta casa, creando vínculos con el comercio local, por eso desarrollamos proyectos en colaboración con establecimientos de Sant Feliu.
Historia

Este edificio novecentista, catalogado dentro del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña, fue diseñado por el arquitecto Salvador Valeri i Pupurull en 1926. El Doctor Martí fue el encargado de dar vida a esta casa, instalando en ella su hogar y una consulta médica en la planta baja.
Una gran puerta en la fachada principal nos da acceso al edificio, que todavía conserva la esencia de la época gracias al hecho que se han mantenido la carpintería, las molduras y pavimentos originales. Las puertas de vidrio de acceso nos descubren una gran sala de estar con vistas al jardín, que guarda los recuerdos del médico de la ciudad entre sus paredes.
El eje vertical de la casa, una espectacular escalinata, nos da acceso a las plantas superiores. Así, alrededor de estas escaleras se levanta una torre mirador que nos permite acceder a la terraza superior.
Actualmente, podemos ver un edificio que entrelaza modernidad y detalles clásicos como pináculos, barandillas con balaustres y copas con diferentes elementos decorativos.

Salvador Valeri i Pupurull
Barcelona, 1873-1954
Hijo de un maestro de obras, estudió en la Escuela de Arquitectura de Madrid y en la Escuela de Arquitectura de Barcelona, donde obtuvo su titulación de arquitecto en 1899. Salvador Valeri i Pupurull forma parte de la segunda generación de arquitectos modernistas. Proyectó edificios en diferentes partes del territorio catalán, algunos de ellos de gran relevancia. Entre sus principales obras destacan la Casa Comalat, en la calle Córcega de Barcelona; la Casa Bou o Casa de Piedra, del municipio del Papiol (Barcelona) -donde trabajó muchos años como arquitecto municipal; CanTrian, en Sant Vicens de los Huertos (Barcelona); y la Fábrica Roca i Clos, en Igualada (Barcelona).

Dr. Martí i Palet
Sant Feliu de Llobregat, 1880-1957
Nacido el octubre de 1880, Martín Martí i Palet fue decano de medicina local de Sant Feliu de Llobregat. Hijo de herrero, sus padres centraron sus esfuerzos en pagar los estudios de medicina. Concluyó su formación en septiembre de 1904, con un doctorado en medicina general obtenido en Madrid. Después de ejercer su profesión en Barcelona durante un año, el doctor Martí i Palet se trasladó a Sant Feliu de Llobregat ocupando una de las tres plazas de doctor de la ciudad. Aquí, se lo consideró una persona próxima, caritativa, sencilla y buena. Se jubiló en 1953. Su hijo, Josep Maria Martí Tort, siguió sus pasos y recibió consultas públicas en esta casa hasta que abrió el primer ambulatorio de la ciudad. Una vez jubilado, tuvo una consulta privada en la planta baja de esta casa hasta el año 2001.